martes, 10 de diciembre de 2019

Coaching Empresarial

Coaching Empresarial


Es repetido día tras día, conferencia tras conferencia, reunión tras reunión, conversación tras conversación, que el mundo de negocios y el mundo académico está experimentando una oleada de cambios radicales y veloces que dejan pasmados a aquellos que no están dispuestos a mejorarse para poder adaptarse y anticiparse a lo nuevo que momento a momento se les presenta. Pero por más repetido que luce este mensaje, aún están presentes ejecutivos, gerentes y educadores que actúan, piensan y sienten como si moraran en la prehistórica. 

Este perfil de personas crea departamentos, unidades organizacionales y empresas con culturas retrógradas, lentas, reactivas, negativas, pesimistas y altamente conflictivas, sin hablar de su productividad. Existen otras que, a pesar de contar con altos indicadores de eficiencia, no cuentan con el compromiso y el amor de sus trabajadores para con la visión, misión y valores establecidos. 

¿Qué hacer? Primero, sin duda alguna es cambiar, es desarrollar un deseo obsesivo y compulsivo por aprender, por disfrutar, por auto educarse, por educar a otros, por dejar una marca positiva a nuestro paso, sin importar si somos el presidente de la empresa o el nuevo pasante, si somos el rector o el nuevo becario, sin importar nuestra jerarquía o antigüedad, ansiar y actuar por lograr estándares de impecabilidad en todo cuanto hagamos. Para esta actitud es preciso saber quién somos, a dónde vamos y sobre cual base nos regimos para comportarnos. Es necesario, entonces, una metodología que nos ayude a escucharnos mejor y a escuchar mejor no sólo a la gente que nos rodea sino también los procesos y ambientes en los cuales interactuamos. 

Una opción muy válida para ese aprender a escuchar es el Coaching Empresarial, metodología que busca crear un piso a partir del cual las personas dentro de una organización cualquiera puedan rendir al máximo de su capacidad actual y simultáneamente comprometerse a superarla. Se sustenta sobre la afirmación de que es imposible lograr este tipo de personas y climas empleando el comando y el control, formando para ello un gerente que sea a la vez un coach, que sepa generar confianza, sentido de responsabilidad y compromiso, capacidad de aprendizaje, impecabilidad en el desempeño y capacidad de innovación y creatividad. 

Al echar por tierra el antiguo paradigma de gestión, que en diversas investigaciones se ha reportado de ineficiente, mostrando éstas que bajo el comando y control la gente sólo se limita a cumplir sus obligaciones, reduciéndolas a un desempeño por debajo de 20% de su capacidad real. 

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